Domingo IX del Tiempo Ordinario
29 Mayo 2016
SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
29 Mayo 2016
SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
MONICIÓN DE ENTRADA
Reciban, en el Día del Amor, hermanos y hermanas, nuestra más bienvenida ple-na de amor y de fraternidad de una manera muy especial. Acudimos hoy al tem-plo a festejar y adorar a Jesús Sacramentado. Es la máxima entrega por Amor de nuestro Maestro. Y es que el Cuerpo y la Sangre del Señor son su herencia y, además, su presencia indeleble, día a día, y todos los días. Si la Santa Misa, la Eucaristía, es fundamentalmente la aparición de Jesús, por la fuerza del Espíritu, en el pan y el vino que ofrecemos en el altar, hoy es el día en que recordamos muy especialmente ese Signo, que es nuestro gran alimento corporal y espiritual. La solemnidad del Corpus Christi se remonta a 1246, que comenzó a celebrarse en Lieja (Bélgica). Años después, en 1264, el Papa Urbano IV extendió la con-memoración por toda la cristiandad. También, hoy celebramos el “Día de Caridad”. Caridad es amor. Y hemos de afanarnos en el cuidado de nuestros hermanos que más lo necesitan, en lo espiritual y en lo material. Hoy, muy especialmente, hemos de procurar esas ayudas que tanta falta hacen en estos tiempos duros de severa crisis económica.
es comida de viajeros.
Es un pan para los hijos.
¡No hay que tirarlo a los perros!
Isaac, el inocente,
es figura de este pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso mana.
Ten compasión de nosotros,
buen pastor, pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
y condúcenos al cielo.
Si lo parten, no te apures
solo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento
entero late el Señor.
Todo lo puedes y sabes,
pastor de ovejas, divino.
Concédenos en el cielo
gozar la herencia contigo. Amen.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA LECTURA:
La primera lectura, que procede del Libro del Génesis, nos habla de la bendición por parte del Sacerdote Melquisedec a Abrahán. Melquisedec, sin origen, ni final, ya dispuso que el sacrificio fuese pan y vino: como hacemos nosotros hoy.
SEGUNDA LECTURA: Y en la segunda lectura escucharemos el fragmento de la Primera Carta a los Corintios en la que Pablo nos ofrece el documento más antiguo sobre la consagración en la Ultima Cena. Y, ayer y hoy, forma parte de la oración que proclama el sacerdote durante la Consagración.
EVANGELIO: El evangelio, de San Lucas, nos narra la multiplicación de los pa-nes y de los peces, que es alimento milagroso que Jesús dio a quienes más lo necesitaban. Y es lo que nosotros recibimos en la Eucaristía el Cuerpo y la Sangre de Cristo como alimento de vida eterna.
SEGUNDA LECTURA: Y en la segunda lectura escucharemos el fragmento de la Primera Carta a los Corintios en la que Pablo nos ofrece el documento más antiguo sobre la consagración en la Ultima Cena. Y, ayer y hoy, forma parte de la oración que proclama el sacerdote durante la Consagración.
EVANGELIO: El evangelio, de San Lucas, nos narra la multiplicación de los pa-nes y de los peces, que es alimento milagroso que Jesús dio a quienes más lo necesitaban. Y es lo que nosotros recibimos en la Eucaristía el Cuerpo y la Sangre de Cristo como alimento de vida eterna.
LECTURAS
Lectura del libro del Génesis: 14, 18-20
En aquellos días, Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios altísimo, y bendijo a Abram, diciendo: “Bendito sea Abram de parte del Dios altísimo, creador de cielos y tierra; y bendito sea el Dios altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos”. Y Abram le dio el diezmo de todo lo que había rescatado.
Palabra de Dios
Palabra de Dios
Salmo 109
R./
Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor:
“Siéntate a mi derecha;
yo haré de tus contrarios
el estrado donde pongas los pies”. R/.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso
y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste
en los montes sagrados,
te consagró el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse:
“Tú eres sacerdote para siempre,
como Melquisedec”. R/.
“Siéntate a mi derecha;
yo haré de tus contrarios
el estrado donde pongas los pies”. R/.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso
y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste
en los montes sagrados,
te consagró el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse:
“Tú eres sacerdote para siempre,
como Melquisedec”. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: Que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él”. Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él”. Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios
SECUENCIA
El pan que del cielo bajaes comida de viajeros.
Es un pan para los hijos.
¡No hay que tirarlo a los perros!
Isaac, el inocente,
es figura de este pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso mana.
Ten compasión de nosotros,
buen pastor, pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
y condúcenos al cielo.
Si lo parten, no te apures
solo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento
entero late el Señor.
Todo lo puedes y sabes,
pastor de ovejas, divino.
Concédenos en el cielo
gozar la herencia contigo. Amen.
Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor;
el que coma de este pan vivirá para siempre.
R/. Aleluya.
el que coma de este pan vivirá para siempre.
R/. Aleluya.
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas: 9, 11-17
En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a los enfermos.
Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle: “Despide a la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario”. Él les contestó: “Denles ustedes de comer”. Pero ellos le replicaron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”. Eran como cinco mil varones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta”. Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos una oración de acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos para que ellos los distribuyeran entre la gente.
Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce canastos.
Palabra del Señor.
Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle: “Despide a la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario”. Él les contestó: “Denles ustedes de comer”. Pero ellos le replicaron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”. Eran como cinco mil varones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta”. Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos una oración de acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos para que ellos los distribuyeran entre la gente.
Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce canastos.
Palabra del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebrante:
Hoy contemplamos el misterio de Cristo hecho pan, del pan hecho Cuerpo de Nuestro Señor. Por Él, con la ayuda del Espíritu Santo, elevamos al Padre nuestras plegarias diciendo:
PADRE DANOS SIEMPRE DE ESTE PAN
Amén
PADRE DANOS SIEMPRE DE ESTE PAN
- Por la Iglesia, que vive alimentada por el Cuerpo y la Sangre de Cristo, para que vivamos siempre promoviendo la unidad alentados por el Espíritu Santo. OREMOS
- Por los pueblos de la tierra, para que reine en ellos la paz, la concordia y la fraternidad que son frutos de la Caridad. OREMOS
- Por los más débiles de nuestro tiempo, los niños, los enfermos, los pobres, los emigrantes para que, en este día de la Caridad, nuestros corazones se abran a ellos y permanezcan siempre en esta disposición. OREMOS
- Por todos aquellos que trabajan por un mundo más justo y caritativo, para que su trabajo se traduzca en un renacer de la esperanza de los más necesitados. OREMOS
- Por las familias católicas, para que, acudiendo asiduamente al misterio del Cuerpo y la Sangre de Cristo vivan en comunión y sean faros de fe para el mundo que está necesitado de la luz de Cristo. OREMOS
- Por todos los que nos acercamos en este día a la mesa del Pan partido, para que seamos trasmisores de esta gracia a todos los que nos rodean. OREMOS
Amén
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
¡NO DEJES DE SALIR, SEÑOR!
Aquí tienes nuestros corazones: haz de ellos una patena
Aquí tienes nuestras mentes: haz de ellas un altavoz
Aquí tienes nuestras manos: haz de ellas una carroza
Aquí tienes nuestros ojos: haz de ellos dos diamantes
Aquí tienes nuestras almas: haz de ellas el oro de tu custodia
Aquí tienes nuestros cuerpos: haz de ellos las más auténticas
custodias que nunca se cansen de anunciar por todo el mundo
que sigues viviendo y permaneciendo eternamente presente
en el gran milagro de la eucaristía.
¡No dejes de salir, Señor! ¿Nos dejas acompañarte?
Amén.
Aquí tienes nuestros corazones: haz de ellos una patena
Aquí tienes nuestras mentes: haz de ellas un altavoz
Aquí tienes nuestras manos: haz de ellas una carroza
Aquí tienes nuestros ojos: haz de ellos dos diamantes
Aquí tienes nuestras almas: haz de ellas el oro de tu custodia
Aquí tienes nuestros cuerpos: haz de ellos las más auténticas
custodias que nunca se cansen de anunciar por todo el mundo
que sigues viviendo y permaneciendo eternamente presente
en el gran milagro de la eucaristía.
¡No dejes de salir, Señor! ¿Nos dejas acompañarte?
Amén.